O mejor, telecomunicaciones empresariales. Esto es, no se trata simplemente de empaquetar de otro modo los mismos servicios que ya ofrecen los operadores a los particulares, sino atender a necesidades de comunicación, colaboración, trabajo en equipo, teleproceso, telecontrol, etc., que son esenciales para las empresas de hoy día, a un nivel sin precedentes, y que no se encuentran en los catálogos de servicios que se ofrecen a nivel general.

Tal vez haya una cierta confusión en esta materia, que nace posiblemente de la «alegría» con que se usa hoy el término «empresa», incluyendo en el mismo realidades muy próximas como los profesionales y autónomos, que carecen, o tienen en muy pequeña escala, la organización y medios materiales que son la esencia de la empresa. Profesionales y autónomos, por ello, se encuentran en un nivel intermedio, compartiendo necesidades tanto con particulares como con las empresas propiamente dichas, y por ello son más fácilmente atendibles por los operadores tradicionales, muchas veces con simples planes de precios adaptados.

Sin embargo, otra cuestión muy distinta es proveer de servicios de telecomunicaciones a una auténtica empresa. Cada una es una realidad distinta, y siempre compleja, que necesita de servicios a medida, integrados con sus propias comunicaciones internas, tanto de voz como de datos o video, progresivamente unificadas. Así, los operadores tradicionales que han querido acercarse a este ámbito, o han creado departamenos específicos, o han fracasado. Y ese enfoque, de servicio a medida, y en muchos casos, con una gestión y soporte permanentes, es el que caracteriza a los operadores especializados en ese mercado, como los integrados en ASOTEM.